Amiga perdona mi letra y mi carta tan poco clara y pulcra, ya sabes que la mano izquierda y la tinta no se llevan, menos cuando el tintero es del abuelo. He seguido tus indicaciones y encontré la puerta de plata que custodia una cámara secreta. No he podido abrirla se requiriere tres llaves para hacerlo. Espero que tengas una idea de dónde buscarlas. Me pareció escuchar una canción del otro lado de la puerta, era la voz de una mujer. Cuando le hable dejo de cantar, muero de la curiosidad por saber quién es, se parecía a tu voz.
Total de palabras: 100
Este escrito pertenece al desafío de Escribir Jugando que propone Lídia Castro Navàs en su blog. Si queres participar podes ver las reglas del juego.
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